retomamos el camino y la ruta, llegando a nuestro segundo destino: Villa La Paz, Colonia Piamontesa. La Paz estaba rebozante de verde, de flores y de dulces perfumes.
Antes del encuentro fuimos a conocer el Puente Negro que cruza el Río Rosario y que tiene más de 100 años.La iglesia Valdense con sus casi 152 años se encuentra en la plaza, y allí nos esperaban las mujeres de la Liga Femenina de La Paz. Entre sillas y mesas habían desplegado todas las mantas (en su mayoría tejidas en dos agujas y crochet) producto de su labor. Nos contaron que esas mantas las hacen para luego sortear y que con lo recaudado ayudan en obras benéficas.
Las mantas tejidas eran muy variadas, en diseño y técnica, pero todas ellas reflejaban dedicación y manos expertas.
Aquí también nos esperaban con una rica merienda, con especialidades de la zona como las deliciosas bricelets. Nos despidieron con un canto de bendición que nos alegró el corazón
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