nos llegó este precioso texto y lo compartimos:
Pareciera que hoy en día, las colchas de retazos,
patchwork, mantas traperas, o como se las quiera denominar, son una tendencia
que el mercado nos impone.
Mi propuesta no es una imposición, sino una
invitación.
¿Cuál es la diferencia entre una y otra propuesta?
les explico...
Para que sea mas fácil la explicación, hablemos
solamente de colchas. Ya habrá tiempo de referirnos a los otros
"productos".
Paseando por cualquier shopping de moda, en cualquier
país, en una tienda dedicada a vender productos de decoración de una casa,
sábanas, etc. podremos ver colchas realmente lindísimas, por las cuales
pagaremos un precio, con dinero o con una tarjeta de crédito, y en pocos
minutos estará en nuestra cama.
Estoy hablando del trabajo textil, generalmente hecho
en China, invasor del mercado, y para nada despreciable.
En cambio para tener mis colchas, vamos a tener que
recurrir a los placares de la casa, a los de la casa de mamá, a las amigas que
tengan ropas que no usan...
juntarlas, cortarlas, organizarlas, y de ahí en mas,
de a poco irá apareciendo mi colcha...
El alma se llena de gozo al ir eligiendo las piezas.
¿Quién no tiene algún vestido de una niñez que no
queremos abandonar?
¿Quién no guardó una blusa usada un día para
sorprender un amor?
¿Cuántos retazos de cosas de la abuela?
Cada trozito de tela, cada puntilla, guardada tal vez
por años, regalada por alguien, traída de algún viaje, o reservada para una
ocasión especial, tiene una historia para contar.
Una historia de vida, de casamientos, de bautismos, de
fiestas de cumpleaños...
Una historia de amor...
No existen estas colchas en shoppings del mundo. no se pagan
ni con ¡una tarjeta golden card! y antes de que esté en nuestra cama, soñaremos
con ella, y viajaremos a la niñez, a los amigos y a los lugares entrañables que
ellas nos lleven.
Y en este proceso habrá risas de recuerdos de tiempos
felices, y también servirá para secar alguna lágrima de algunos que no lo
fueron tanto.
Hecho con nuestras propias manos. Estoy
hablando de arte textil.
Arte...
Conocí este arte hace muchísimos años, en mi primera
juventud.
Vi las comunidades Amish, trabajando en colchas...
vi los grupos de barrio trabajando en ellas...
mujeres de familia armando la colcha para la próxima
en casarse...
Desde el principio, sentí que este mundo me
pertenecía.
En realidad, creo que nos pertenece a todas.
Y hablo en femenino, porque en esta cosa de querer nos
igualar a los hombres, muchas veces olvidamos que siguen habiendo cosas de
mujeres.
Asi comenzó mi romance con estos trapos, que hasta hoy
atesoro mas que cualquier joya.
Y en este romance participan muchas amigas, y familia,
que siempre me llaman para regalarme lo que no usan, pero no cosas viejas y
feas, sino las cosas que mas quieren!!!! Y me las entregan con amor, para que
en mis manos recobren vida nuevamente…
Y también porque no decirlo que cuando veo alguna
amiga, o hermana, con alguna ropa que me encanta la tela, mi mayor deseo es que
no la quiera usar mas!!!!
A veces también me llaman amigos y me dicen “hice
limpieza en el placard, pero vení hoy a buscar todo, sino lo tiro!
Es como que me da un ataque, pero también se que no
van a tirar nada!
Hay como una especie de conspiración positiva cuando
se trata de juntar el material, y asi de apoco, otras personas que no están
involucradas directamente en el proceso, no tiran nada, y guardan para mi, para
mis colchas de retazos…
Y asi esas personas, amigos de amigos, amigos de
parientes, algunos que ni conozco, forman parte de mis colchas…
Y de a poco, casi sin quererlo, se hace una cadena
humana de reciclaje, de cosas que tal vez no sirvan mas, pero que saben que
cuando llegan a mis manos, se transforman en algo útil, bonito y emotivo.
Tal vez decir que el arte textil es ecológicamente
correcto, es poco. Pero lo cierto es que lo es.
Esta es mi invitación, una invitación al disfrute y al
placer que genera el hacer con nuestras manos las cosas que vemos y
tocamos.
Laura